Del 2 al 9 de julio, Bitsommar ha reunido en el idílico entorno de Sende (Ourense) a 28 participantes del mundo de los videojuegos con orígenes y perfiles muy eclécticos, desde programadores, diseñadores gráficos y músicos hasta matemáticos y científicos que se han interesado por el evento y han participado estos días. Una experiencia inmersiva centrada en generar una comunidad alrededor del mundo de los videojuegos, en la que se han compartido conocimientos e impresiones sobre las diferentes situaciones y problemas a los que se enfrentan estos profesionales en el desarrollo cotidiano de su trabajo.

Apostando por la paridad de género, desde la organización se ofrecieron becas para mujeres interesadas en la industria del videojuego (profesionales, estudiantes, profesoras, prensa, organizadoras de eventos o meramente aficionadas) que no pudieran costearse una entrada del evento. Finalmente, nueve mujeres asistieron al evento, de las cuales seis contaron con una de las becas de Bitsommar, y presentaron perfiles que oscilaron desde programadoras y desarrolladoras hasta artistas, científicas y músicos.

Igor Heras de Monsters Pit, co-organizador de Bitsommar, destacaba de la semana en Sende a los asistentes: "Han convertido algo que nosotros creamos de forma sencilla en una cosa maravillosa. Nos preocupaba que se relacionaran y crearan dinámica de grupo pero a los cinco minutos ya estaban funcionando por su cuenta. Destacaría mucho cómo han intentado cuidarse los unos a los otros".

Una amplia variedad de actividades

La semana ha estado repleta de actividades entre las cuales podríamos destacar los foros de discusión, donde han surgido temas tan interesantes como la experiencia de enfrentarse al primer trabajo o cómo mejorar los cvs; una gamejam; un espacio para la presentación de proyectos; proyecciones de cortometrajes o la grabación de un podcast. Tampoco han faltado a lo largo de estos días las actividades en contacto con la naturaleza, uno de los puntos fuertes de este evento localizado en Sende, un espacio de coliving situado en una pintoresca villa gallega en Ourense.

Ludipe (Gente Dando Charlas), otro de los organizadores del evento, destacaba que "en la mayor parte de eventos de videojuegos vamos muy acelerados, vas a una ciudad, corriendo de una charla a otra, de una reunión a otra, y aunque parezca anecdótico, el estar rodeado de naturaleza y haciendo cosas con tranquilidad, hace que la gente entre en un estado mucho más relajado y se crea un ambiente muy diferente al resto de eventos".

Unión de tecnología y naturaleza para deslocalizar el videojuego de su entorno tradicional

Esta mezcla de tecnología y entorno rural, ha resultado en una apuesta innovadora en la que los asistentes han compartido sus experiencias en el transcurso de diversas actividades, que han facilitado que el networking y la sinergia hayan surgido de forma orgánica nutrida por la convivencia. El co-organizador Juanma Moreno, de Nivel Oculto, añadía: "Nuestro objetivo era deslocalizar el videojuego de aquellos elementos a los que se le tiene asociado, comenzando por el entorno. A partir de ahí han sido las asistentes quienes a través de las diferentes actividades propuestas por la organización han ido dando forma al evento, convirtiéndolo en algo mucho más bonito de lo que jamás hubiéramos podido imaginar".

Creando espacios seguros para todas las personas participantes

José Luis Farias de Weird Market, co-organizador del evento, declaraba que "La mezcla de un equipo experimentado en la organización de eventos y el equipo de Sende, especializados en el coliving, ha resultado en una experiencia muy integradora desde todos los sentidos, en la que se ha hecho una pausa de la vorágine del día a día en un entorno idílico, demostrando que se puede hacer eventos de una forma distinta y sostenible y, sobretodo, generar puntos de encuentro seguros para todas y todos." Éste ha sido uno de los objetivos fundamentales del evento, abogando por la diversidad e inclusión en el sector de los videojuegos.

Bitsommar cierra su intensa primera edición tras haber acercado el videojuego y sus profesionales a un entorno rural que de una u otra manera, nos ha transformado. El aprendizaje profesional y emocional llevado a cabo por las personas participantes nos sirve como inspiración para preparar la siguiente edición, la cual esperamos que siga difuminando la línea que separa industria, tecnología y profesionales para quedarnos con lo verdaderamente interesante: las personas.